EL FUTBOL AYUDA A COMBATIR LA DEMENCIA
Ponga atención, lea y reflexione
fin de ofrecer un alivio a la
desoladora enfermedad.
Stephen
Sullivan, Glasgow.
Una sensación de desesperación invada a Irene
Gray cuando describe sus experiencias iniciales de cómo la enfermedad de
Alzhaimer, una de las formas más comunes de demencia, iba apoderándose
gradualmente de Walter, su compañero de largos años.
“Tenía un cobertizo en el jardín con sus
herramientas y siempre sabía donde se hallaban todas” comenta Irene cuando
recuerda la aparición de la enfermedad. “De pronto comenzó a entrar a la casa y
a decir que yo había movido sus herramientas. No se daba cuenta de que algo no
estaba bien, simplemente no podía creer que él fuese el causante de ello. Fue
cuando me percaté de que necesitaba ayuda. Y entonces supe que mi vida no sería
nunca más lo que era antes, por mucho que me esforzase.”
“No es como una lesión física que se pueda
vendar”, comenta Irene. “Es algo invisible, no puedes tocarlo. Es también una
gran carga para los amigos y la familia, el reto está presente, siete días a la
semana, 24 horas al día. Es algo tan triste”.
Lamentablemente la historia de Irene y
Walter no es una rareza. A medida que va aumentando la expectativa de vida,
crece igualmente la incidencia de la demencia. Actualmente hay 36 millones de
personas que la padecen en todo el mundo y según recientes estudios, solo el
descubrimiento de una curación evitaría que el número aumente a más de 115
millones hasta 2050.
Estas cifras representan únicamente una
parte de la historia, con los síntomas más comunes, tales como pérdida de la
memoria, cambios de humor, dificultades de comunicación y razonamiento,
convirtiendo así la demencia en la enfermedad más temida. A la vez que es una
afección que roba a sus víctimas sus pasiones e identidades y causa efectos
devastadores a sus seres queridos.
A medida que aumentan los diferentes tipos
de demencia, se torna cada vez más difícil “hallar un camino a través de la
niebla” que ofusca la mente de sus víctimas. Y es justamente de cara a este
reto, que el futbol ha demostrado ser inesperadamente efectivo.
El descubrimiento tuvo lugar en 2009 cuando
Michael White, historiador del Club Falkirk FC, comenzó a llevar algunas
antiguas fotografías del futbol a diversos hospicios locales. White ya había
dado presentaciones en dichos hospicios, sin embargo notó que las ponencias,
“al estilo conferencias” generaban muy poco impacto.
“Hablar delante de un amplio grupo de
personas no resultaba muy efectivo, ya que en un grupo de unos 20 enfermos,
solo dos o tres se percatan de lo que se habla. Hubo sesiones de terapia de
reminiscencia, en la que los terapeutas planteaban un tema especial para
intentar recobrar la memoria, sin embargo, la mayoría de las sesiones
funcionaba mejor con las mujeres, que se centran en cosas tales como la ropa y
la música. A menudo, yo notaba que los hombres simplemente dejaban de prestar
atención”.
MEMORIA
FOTOGRAFICA
Todo cambió cuando White decidió llevar
fotografías de algunos equipos y jugadores que aquellas personas antiguamente
aclamaban.
“La reacción fue increíble y me sigue asombrando
hasta la fecha”, recuerda White. “Recientemente tuvimos el caso de un anciano
de Europa oriental, con quien teníamos dificultades de comunicación al
principio, por no hablar bien el inglés y por ser ensimismado. Cuando le
mostramos una foto de Ferenc Puskas, sus ojos se ilumniaron inmediatamente.
Poco a poco descubrimos que había inmigrado a Ipswich luego de la revolución
húngara, de modo que sabía todo sobre el equipo de Ipswich de aquella época.
Fue increíble ver el placer que le causaba retornar a aquellos días, recordando
nombres y otros detalles sobre la vida de aquellos años. La experiencia de tal
índole resultan extremadamente gratificantes y salimos de aquella sesión tan
alegres como el mismo paciente”.
Con el futbol tan estrechamente entrelazado
con la vida de sus hinchas, White descubrió que los recuerdos asociados con
personas, rituales y lugares a menudo emanan a raudales de la memoria una vez
que una fotografía ha desatado el reconocimiento inicial. No se trata de una
curación, sin embargo excavar en los recuerdos perdidos a través del futbol
aportó momentos de gran dicha y felicidad y ayudó a reconectar a los enfermos
con sus seres queridos y su propia identidad.
A medida que se divulgaba el éxito del
proyecto, el interés creció rápidamente con la intención de expandirlo a todo
el ámbito nacional. Tras hallar el apoyo de “Alzhaimer’s Scotland” el proyecto
fue igualmente respaldado por la AF de Escocia, la cual abrió el Museo de
Futbol Escocés en el Hamden Park a los organizadores de “Football
Reminiscence”. Los torniquetes originales del estadio, así como las gradas y
vestuarios recreados, con el inconfundible olor de linimento, despiertan aún
más recuerdos olvidados.
A estas alturas Irene Grey, era una de las
propugnadoras más apasionadas del proyecto. Tras haber llevado a Walter, hincha
del Heart of Midlothian FC, junto con el
grupo de “Football Reminiscense”, más con esperanzas que con expectativas,
experimentó una considerable mejora de esa antigua sensación de desesparación.
“Ama el futbol, sin embargo, debe tratarse
del Hearts, dice sonriendo. “Intenté con dos o tres grupos que no resultaron
adecuados para él. Sin embargo, “Football Reminiscense” le dio algo sobre qué
hablar, algo qué recordar. Le devolvió un poco de su antigua vida. Es una
persona completamente diferente cuando deja el grupo, está totalmente animado y
habla todo el tiempo mientras retornamos a casa y no necesariamente sobre
futbol. Sé que puedo dejarlo allí con el grupo y cuando regreso a buscarlo, estará
de un excelente humor, lo cual me ilumina todo mi día, también”
APOYO
CIENTIFICO
Por muy conmovedor que fuese el testimonio
de Irene, la comunidad académica –alertada por un oleaje de historias
similares- se mostraba inicialmente escéptica. No obstante, el peso de las
pruebas anecdóticas convenció a la Universidad Caledonia de Glasgow para
realizar un estudio de un año. Los resultados confirmaron que White había
descubierto algo espectacular y se anotó en el informe final del estudio que los
participantes “eran más seguros, tranquilos y conversadores en el grupo y luego
más comunicativos con sus respectivas parejas.”
La profesora Debbie Tolson, uno de los
autores del informe, admitió abiertamente que fue una experiencia reveladora.
“En realidad, no soy aficionada al futbol, de modo que no fui conciente –aunque
ahora lo soy, por cierto- de la importancia del futbol en la vida de las
personas. Para ser honesta, quedé totalmente asombrada. No creo en nada hasta
que no veo los hechos y lo que más me impactó y asombró fue como personas tan
reservadas se abrían inmediatamente.”
Tolson adjudica todo al “espíritu del
futbol”.
El hecho de pertenecer a tal espíritu
parece dominar la psique de estos hombres, “desde muy temprana edad, les permite
desarrollar un sentimiento de comunidad e identidad de grupo y forma parte de
los sueños del futuro.”
0 comentarios:
Publicar un comentario